La combinación de la evolución de la economía mundial, los movimientos demográficos, el cambio climático y el extraordinario desarrollo de las tecnologías, ha puesto en marcha un cambio profundo del sistema energético global. Cada vez más, las energías renovables son vistas como la mejor solución para una población mundial que exige un acceso asequible a la electricidad al tiempo que reduce la necesidad de combustibles fósiles tóxicos que están provocando niveles insostenibles en las emisiones de gases de efecto invernadero.
La transición energética hacia un modelo más sostenible basado en las energías renovables se va imponiendo poco a poco pero inexorablemente en todos los rincones del planeta. Y es que las ventajas son numerosas, tal y como acaba de publicar en su informe REthinking Energy la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) que desvela más de un punto interesante sobre un sector que está totalmente en alza.
Se desploman los precios
El informe explica cómo, a gran escala, los costes de producción de la energía hidroeléctrica, la geotérmica y la biomasa han sido competitivos, pero durante muchos años la energía eólica y la solar han luchado por competir con el carbón, el petróleo o el gas natural sin obtener resultados en el coste de la energía. Sin embargo, el panorama ha cambiado radicalmente durante la última década y, en particular, durante los últimos cinco años.
Los factores que han influido en este cambio son múltiples. Las tecnologías utilizadas en las energías renovables son hoy día mucho más eficientes, ya que cada vez son más capaces de generar energía incluso en condiciones menos óptimas, con poco viento, bajas velocidades o bajo irradiación solar. Esto, unido a que las tecnologías de almacenamiento de energía están mejorando rápidamente y a las políticas energéticas impulsadas en la UE, Estados Unidos y China, principalmente, han posibilitado un desplome en los precios de la energía en general –el fracking tiene mucho que ver en la caída de los precios de los hidrocarburos- y de las renovables en particular.
Según el estudio el precio de las placas solares fotovoltaicas han descendido entre un 65% y un 75% entre 2009 y 2013, y el precio de la energía lo ha hecho un 80% desde 2008, con una tendencia a la baja en los próximos años (Ver gráfico). En el campo de la energía eólica la reducción de costes no ha sido tan drástica, pero sí ha sido importante: el coste de las turbinas se ha reducido casi un 30% desde 2008 provocando – entre otros actores – que el coste de la electricidad eólica caiga un 18% desde 2009.
Más inversión, más producción
Como consecuencia de todo ello, crecen los mercados y aumenta el consumo en más de 100 países, generando nuevas necesidades, más oportunidades de I+D+i y más inversiones que atraen a nuevas empresas y nuevos competidores. La inversión global en energía eólica y fotovoltaica ha crecido exponencialmente en la última década, superando los 250.000 millones de dólares la primera, y los 140.000 millones la fotovoltaica.
¿Cuál ha sido el resultado? La capacidad de energía renovable en todo el mundo ha crecido un 85% en los últimos 10 años, llegando a 1.700 GW en 2013, lo que supone que hoy en día las energías renovables constituyen el 30% de toda la potencia instalada, incluida la energía hidroeléctrica, y el 22% de la energía generada. De ésta, la hidroeléctrica supone el 16,4%, la eólica el 2,9%, la biomasa el 1,8% y la fovoltaica, termosolar y otras, el 1,1%.
El aumento del peso de las energías renovables tiene mucho que ver con el abaratamiento de sus costes y del aumento de la inversión en estas tecnologías. Según el informe, del total de la nueva capacidad instalada en 2013, el 58% correspondía a las energías renovables, una proporción considerable si se tiene en cuenta que en 2001 la proporción no llegaba al 20%. Y en este acelerón el principal culpable es China, que sólo en 2013 aumentó la capacidad de renovables en 27,4 Gwh, cuatro veces más que el siguiente país, su vecino Japón.
Numerosas ventajas
Con el paso del tiempo hay una creciente evidencia de que la energía renovable tiene un efecto dominó positivo en toda la sociedad, avanzando al mismo tiempo en las vertientes económica, social y ambiental. De hecho, el informe de IRENA hace referencia a un reciente estudio japonés, según el cual los beneficios de las energías renovables son entre dos y tres veces mayores que los costes, incluidos los ahorros en importaciones de combustibles fósiles, las emisiones de CO2 y sus repercusiones económicas.
Un ejemplo paradigmático de este efecto lo ofrece España. Aunque parezca mentira, el informe destaca que las energías renovables en nuestro país evitaron la importación de 2.200 millones de euros en combustibles fósiles en 2010. También las tecnologías renovables pueden llevar la energía eléctrica a numerosas personas que hasta ahora no disponían de luz en sus casas. En este terreno el ejemplo más llamativo lo ofrece Bangladesh, donde 13 millones de personas han accedido a la electricidad gracias a la energía fotovoltaica.
Los beneficios de las energías renovables no terminan aquí, ya que entre otras, las energías renovables no agotan los recursos naturales, crean mucho empleo –en la actualidad da trabajo, entre empleos directos e indirectos, a 6,5 millones de personas- y, sobre todo, ofrecen una hoja de ruta para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, una de las principales causas del calentamiento global.