El marco de apoyo a las renovables debería ser “estable, transparente, creíble, eficiente en cuanto a costes e integrado en el mercado”, prescribe la comunicación sobre el mercado único de la electricidad que la Comisión Europea tiene previsto aprobar el próximo martes y a cuyo borrador ha tenido acceso CincoDías.
El documento también subraya la necesidad de reducir las subvenciones “a medida que las tecnologías maduran y crecen”, pasando de un sistema de primas fijas a otro de primas variables en función de la evolución del mercado.
Toda la Comisión Europea parece coincidir en esos principios generales, fáciles de compartir y recogidos en el texto impulsado por Günther Oettinger, comisario europeo de Energía.
Pero su aplicación concreta provoca serias divisiones en el seno de un organismo, donde hasta cinco departamentos reivindican su propia visión del mercado de la electricidad: Energía, Competencia, Mercado Interior, Medio Ambiente y Cambio Climático. La diferencia de sensibilidades y prioridades es evidente en un texto lleno de cicatrices y costurones, a pesar de que se trata solo de una comunicación sin apenas fuerza legal.
El documento se muestra especialmente errático y hasta contradictorio en los apartados relativos a la promoción de las energías renovables, una prioridad de la política energética europea cuya factura rozaría ya los 30.000 millones de euros al año, a sumar a los 26.000 millones que se gastan en apoyo a las fuentes de electricidad tradicionales y emisoras de CO2.
Contradicción
Por un lado, el documento apunta que la reforma de las subvenciones se haga de forma que “no frustre las expectativas legítimas del inversor”, lo que parece una crítica a algunas de las reducciones aprobadas en países como España. Por otro, recomienda a las autoridades que adapten los mecanismos de apoyo en función de la evolución del mercado, para contener el impacto de las subvenciones en el consumidor final.
"El mercado único de la electricidad no es un fin en sí mismo”, señala la comunicación que aprobará el próximo martes la Comisión Europea. Bruselas se rinde a la evidencia de que las iniciativas de los últimos años para integrar ese mercado no han dado el resultado previsto.
Según la comunicación impulsada por Günther Oettinger, comisario europeo de Energía, Europa ha terminado por tener “unos precios minoristas de la electricidad que, a menudo, son los más elevados del planeta”.
El incremento continuo de las tarifas en la última década ha sido consecuencia, según el documento al que ha tenido acceso CincoDías, de “la limitada competencia”, “las tasas e impuestos que recargan el precio final” y “la ineficaz intervención de los poderes públicos”. Y lo peor es que Bruselas no parece saber cómo
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